viernes, 5 de octubre de 2018

LA INFANCIA VICTIMA DE VIOLENCIA DE GENERO





LA INFANCIA VÍCTIMA DE VIOLENCIA DE GÉNERO

Los menores expuestos a violencia de género en su ámbito familiar son todos aquellos que viven en un hogar donde su padre o el compañero de su madre es violento contra la mujer. Estos niños presencian en la gran mayoría de casos actos violentos, oyen gritos, insultos, ruidos de golpes, ven las marcas que dejan las agresiones, perciben el miedo y el estrés en la mirada de la madre y están inmersos en el ciclo de la violencia (tensión creciente, estallido, arrepentimiento). Además, en los hogares donde impera la violencia los hijos e hijas presentan hasta 15 veces mayor probabilidad de padecer maltrato físico, abusos sexuales y negligencia que en los hogares no violentos.

Numerosos investigadores afirman que la violencia de género en el ámbito familiar es una de las principales causas del trastorno de estrés post-traumático en niños


SECUELAS FÍSICAS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN LOS MENORES.

¿Por qué la exposición a la violencia de género daña a los niños y las niñas?

Los efectos en los menores está basado en que la exposición a la violencia provoca el síndrome de estrés post-traumático en los niños de manera más consistente que otros estresores, debido a los altos niveles de miedo, terror, desamparo e impotencia padecidos, junto con la percepción del niño de que puede morir o ser gravemente herido.

Este trastorno produce una reexperimentación intrusiva del trauma (en forma de recuerdos o sueños y fuerte reacción física ante personas o situaciones que le recuerdan lo sucedido), secuelas de excitación psicológica (trastornos del sueño, irritabilidad, dificultad para concentrarse, hipervigilancia, respuestas exageradas a estímulos) y un modelo de conducta de evitación persistente (sentimientos de indiferencia o extrañamiento, constricción emocional, evitación de actividades recordatorias del trauma, menor interés por actividades con las que antes disfrutaba, aislamiento).

En los niños mayores las pesadillas perturbadoras sobre el acontecimiento traumático pueden convertirse, al cabo de varias semanas, en pesadillas generalizadas, donde pueden aparecer monstruos, o amenazas sobre ellos mismos o sobre los demás. En los más pequeños la reexperimentación del trauma puede reflejarse en juegos de carácter repetitivo desagradables.

Si la violencia de género a la que el menor está expuesto es crónica y severa, con mayor probabilidad provocará en él los síntomas descritos del síndrome de estrés post-traumático

Un diagnóstico de SPT estrés post-traumático significa que un individuo experimentó una amenaza a su vida o a la vida de alguien y como respuesta reaccionó con sensación de miedo intenso, desamparo y horror”

Como consecuencia de vivenciar esto las alteraciones detectadas en los niños afectan a diferentes áreas de su desarrollo, son las siguientes.


Alteraciones físicas:                                                               

· Retraso en el crecimiento, bajo peso al nacimiento.

· Trastornos de la conducta alimentaria (inapetencia, anorexia, bulimia)

· Dificultad o problemas en el sueño

· Menos habilidades motoras

· Enfermedades y síntomas psicosomáticos (alergias, hiperreactividad bronquial, problemas dermatológicos como atopia y eczemas, migraña, dolor abdominal recurrente, enuresis nocturna...)

· Incremento de enfermedades infecciosas


Problemas emocionales:

· Ansiedad, ira, depresión, aislamiento trastornos de la autoestima, síndrome de estrés post-traumático, proceso traumático, trastornos del apego o de la vinculación


Problemas cognitivos:

· Retraso en el aprendizaje del lenguaje y del desarrollo verbal, retraso del desarrollo cognitivo, alteración del rendimiento escolar.


Problemas de conducta :

· Violencia hacia los demás (agresión, delincuencia, crueldad con animales), rabietas, desinhibiciones, inmadurez, déficit de atenciónhiperactividad, toxodependencias, conductas autodestructivas


Problemas sociales:

· Escasas habilidades sociales, introspección o retraimiento, trastornos de la empatía.


Un enfoque muy reciente y actual de la investigación de las consecuencias negativas de la exposición de la violencia en niños, se centra en el estudio de los efectos que provoca en el desarrollo cerebral, estando éste muy acelerado durante el periodo que abarca desde el séptimo mes de gestación al primer año de vida del niño o niña. En esta etapa inicial el cerebro es muy vulnerable al impacto de experiencias traumáticas y estudios de neurofisiología cerebral sugieren que la exposición a traumas extremos, como la violencia de género familiar, puede cambiar la organización interna cerebral, con la consecuente dificultad en el afrontamiento de situaciones estresantes durante el resto de la vida (infancia y etapa adulta).

Me gustaría señalar que todas las alteraciones enumeradas difieren en sus características según: la edad del menor, el género y el nivel de desarrollo, el tipo, frecuencia y severidad de la violencia, el tipo de intervención judicial, la comunicación paterno-filial, el acúmulo de factores estresantes y la presencia de factores de protección.



Si eres madre de un niñ@ y has pasado por algún tipo de violencia no dudes en informarte.