lunes, 27 de febrero de 2017


      AROMATERAPIA Y LOS ACEITES SAGRADOS DE EGIPTO


Los aceites esenciales actúan de una manera predominante sobre las emociones y la actividad mental de los seres vivos.

Causan un efecto sedante en el sistema nervioso y ayudan a que la mente y el cuerpo se liberen de traumas emocionales y de la angustia.

Cuando nos veamos inmersos en situaciones de estrés agudo o crónico, situaciones que sobrepasen nuestros recursos de afrontamiento llevándonos a experimentar emociones de ansiedad o depresión, podemos utilizar los aceites esenciales para elevar nuestro tono emocional, fomentando el optimismo, la confianza en nosotros mismos y afianzando una valoración más positiva de nuestra realidad.

Los aceites esenciales han demostrado ser eficaces en el tratamiento de diferentes trastornos mentales, existiendo una amplia literatura al respecto.

Podemos usar los aceites esenciales recomendados para cada trastorno o condición patológica en baños de inmersión, en vaporizador o quemador, en masaje, aplicados de forma tópica con un aceite portador, pudiendo utilizarse como perfume, y también pueden ingerirse, siempre bajo la prescripción de un profesional de la Aromaterapia, y siempre que el aceite sea apto para el consumo. 

Los aceites esenciales recomendados para cada condición pueden usarse solos o combinados.
Al combinarse los aceites se produce un efecto sinergético que resulta en un efecto total más fuerte que la suma de las acciones producidas individualmente por cada aceite.

EGIPTO Y SUS ACEITES

En Egipto el uso de aceites perfumados e inciensos ha sido conocido y desarrollado desde tiempos históricos inmemoriales. 
Egipto esta favorecido con un clima admirablemente adecuado para la producción de flores fragantes. 
El río Nilo y el sol Ra aseguraron siempre buenas cosechas y el crecimiento salvaje de las plantas en las riveras del Nilo y en los oasis, las cuales se cosechaban para la producción de los aceites. 

En todo el mundo antiguo los aceites egipcios se apreciaban y tenían ese aura de ser objetos preciosos, exóticos y artísticos tanto para el sentido del olfato como para el visual.

El ajuar funerario de los difuntos incluía siempre perfumeros y pequeñas ánforas etiquetadas con marfil para contener los aceites perfumados. Se han encontrado pequeñas ánforas de la primera dinastía etiquetadas en fino marfil con el nombre de Fragancia de Horus.

En el imperio antiguo existían especialistas encargados de los aceites perfumados reales que se almacenaban en la cámara de los ungüentos donde una selección de siete aceites sagrados era reservada para el uso de los más altos sacerdotes y sacerdotisas y se entregaban al difunto para el transporte del alma al más allá.

 Se reconocía a estos aceites alquímicos la capacidad de transportar la energía a través del universo y abrir puertas a otras dimensiones, así como mover dicha energía a través de los distintos niveles dimensionales. 

Esto nos indica el alto nivel iniciático, el simbolismo y la comprensión de “los misterios de la existencia del alma en el universo” que los antiguos egipcios poseían.

Dicho conocimiento es la herencia dejada al pueblo egipcio por civilizaciones perdidas para nuestra historia; civilizaciones desconocidas y por ende incomprendidas.

En Saqqara se han descubierto dos tumbas del imperio antiguo (aprox. 2.300 a.C) en donde se han encontrado tablillas de ofrendas de alabastro para los siete aceites sagrados.

En las tablillas aparecen los nombres escritos en lenguaje jeroglífico de los siete aceites sagrados sobre cada uno de los siete receptáculos habilitados para contener los siete aceites sagrados.

Los siete aceites sagrados se mencionan en los listados de ofrendas de la primera dinastía (3.000 a.C aprox), en los Textos de las Pirámides y aparecen reflejados en documentos históricos y literarios de otras culturas antiguas.

Los siete aceites sagrados los usaban diariamente los sacerdotes y sacerdotisas en el culto a los dioses para ungir las estatuas, así como también en la momificación y en la ceremonia de apertura de la boca del difunto.

Además los médicos los usaban como sus medicamentos para la curación de la enfermedad. En este sentido también se han encontrado las tablillas de ofrendas en las tumbas de los médicos.

Pero el conocimiento de los siete aceites sagrados en el Antiguo Egipto, alcanzaba el acceso a profundos misterios espirituales, por ejemplo, el efecto de los siete aceites sagrados sobre los siete chakras físicos.

Esta fuente es la tradición oral y nos informa del conocimiento místico-espiritual que las escuelas ocultas de conocimiento han transmitido de forma oral a los iniciados a lo largo de los siglos. 

Así, la tradición oral considera, además de los siete aceites sagrados para los siete chakras físicos, la existencia de siete aceites sagrados para los siete chakras aúreos o etéricos, localizados en el aura de los seres e interdependientes de los siete chakras físicos.

Os dejo un regalo, la información sobre uno de los Aceites Sagrados Egipcios 
Uno de estos aceites Sagrados es: ÁMBAR ROJO 

 

Es una oleorresina que se extrae del árbol Benzoin Styrax o benjuí. Su aroma es dulce, avainillado, rico e intenso y su textura untuosa.

Es un aceite kapha desde el punto de vista del ayurveda.
Su relación vibratoria la establece con el primer chakra o MULADHARA, según la teoría del yoga de los chakras. 

El chakra raíz está formado por la frecuencia de vibración más lenta del sistema energético humano, que se corresponde con el ritmo de las estaciones y los ciclos de la tierra. 

Resuena con el color rojo, que también tiene la vibración más lenta del espectro visible.

El chakra raíz está situado en la base de la columna vertebral, en el perineo, unido a la boca de Shushumna y según dicen los vedas, su cabeza pende hacia abajo.

Se relaciona con nuestras actitudes fundamentales en relación con la vida y actúa como un principio que mantiene la calidad y la flexibilidad de nuestra fuerza vital en los momentos de cambio. 

Puede lograr que nuestra energía se organice otorgándonos paciencia y orden. 

El chakra raíz corresponde con nuestra predisposición genética.

El chakra raíz proporciona la energía que necesitamos para cubrir los aspectos básicos de la vida. 

Se trata de una inteligencia gestora y organizadora que busca la supervivencia del individuo. 

Se asegura de que estemos bien plantados en nuestra vida y de podamos procurarnos alimento, refugio y todo lo necesario para la supervivencia.

Algo muy importante a tener en cuenta es que nuestras actitudes fundamentales respecto de la vida afectan a la capacidad de procurarnos dichas necesidades básicas. 

Así, si creemos que la vida es dura y fuente de sufrimientos, crearemos una vida con esas cualidades. 

Si pensamos que es necesario luchar, eso es lo que nos veremos obligados a hacer. 

El aceite de Ámbar Rojo nos ayuda a ser conscientes de esos modelos desadaptativos, de esas creencias limitantes de una vida fácil, primer paso para realizar un cambio real y práctico en nuestra vida.

La fragancia del Ámbar Rojo elimina con determinación la resistencia al cambio. 

Este aceite cala en los remotos recovecos más oscuros e internos que puedan percibirse inflexibles, sólidos y estancados.

Cuando exista dificultad para aceptar nuevas situaciones y se necesite abandonar una postura familiar, hay que fijarse dónde está la resistencia.

 El aceite de Ámbar Rojo ayuda a reconocer e integrar lo que ha estado cambiando en nuestra vida. 

Cambiar la dirección adonde nos dirigimos requiere un proceso de ajuste y determinación. 

El aceite de Ámbar Rojo permite sintonizar con el cambio. 

Cuando cambiamos, todo lo demás también lo hace, todo el sistema cambia cuando cambia una pieza, por pequeña que ésta sea.

 Debemos aprender a celebrar los cambios. 

Podemos preguntarnos ¿qué cambios en la vida nos dan más miedo o a cuáles nos resistimos más?, y ¿Cómo aprovechar lo que nos ofrece la vida?.

El chakra raíz también concierne a nuestros vínculos con la tribu, el clan, la familia y la comunidad y cómo estas se relacionan con la prosperidad. 

El aceite de Ámbar Rojo nutre la energía del chakra raíz enriqueciendo la energía de este centro y afectando a la inteligencia organizativa, a nuestra fe en nuestra capacidad para colmar nuestras necesidades y las necesidades de quienes dependen de nosotros. Cuanto más fe tengamos en alcanzar una buena vida, de más energía dispondremos para hacerla realidad.

Cuando el chakra raíz es fuerte también hay una sensación sólida y decidida de que la vida es positiva. 

Si el chakra raíz está debilitado debido a muchas generaciones de amenazas, dificultades, riesgo de aniquilación, la relación con la vida será débil y resultará difícil y frustrante echar raíces. 

Nos agotaremos intentando generar la energía necesaria para resistirnos a echar raíces. 

Toda situación que requiera compromiso con las necesidades o con afincarse nos parecerá muy difícil. 

El aceite de Ámbar Rojo, con su vibración terrena, fortalece el chakra raíz con lo que empezamos a integrar en nuestro tejido mental y emocional actitudes como la paciencia, el coraje y la fortaleza y a adoptar actitudes positivas de afirmación en la vida.

El chakra raíz se vincula con la energía de la tierra; es nuestra conexión física con el núcleo magnético del planeta.

 El campo magnético de la tierra (creado por la estructura mineral y cristalina de la corteza terrestre y por lo tanto variable a lo largo y ancho del planeta) crea el campo gravitacional que nos sujeta a la tierra y que influye enormemente en la velocidad de la evolución de la conciencia. Esto significa que la energía de la tierra alimenta y nutre al chakra raíz y que es nuestra conexión primaria con la vida en la tierra.
 El aceite de Ámbar Rojo como resina que es, resuena vibratoriamente con la vibración armónica del chakra raíz, con concreto 396 hercios. El efecto en la conciencia y en el inconsciente se concreta en una red de creencias positivas sobre la paciencia, la aceptación, el orden, el arraigo y la manifestación.

Los antiguos textos de yoga asocian el Muladhara (chakra raíz) al elemento tierra, cuyo atributo principal es el olor; así pues, a nivel físico este chakra se asocia con el sentido del olfato y con la nariz.

El aceite de Ámbar Rojo reconstruye el centro etérico del chakra raíz cuando éste está debilitado aunque el daño haya ocurrido en un pasado lejano. 
Una debilidad semejante se refleja en una gama de síntomas como imposibilidad de arraigarse, traumas graves o pérdidas.

Cuando se ha producido un trauma, una pérdida o una separación, el aceite de Ámbar Rojo ayuda a contectarnos con la fuerza de la vida de los niveles básicos, lo que se conoce como “traer orden a la economía energética”. Muchas veces se trata de simplemente colmar las necesidades básicas, cuidarse físicamente e introducirnos de nuevo en el flujo energético de la vida sintiéndonos más fuerte y sabios.

El aceite de Ámbar Rojo ayuda a sanar un chakra raíz congestionado. 
La vida no puede manifestarse completamente si el chakra raíz está repleto de actitudes negativas que limitan nuestra conexión con la energía en el gran flujo de la vida. 

Este aceite ayuda a desmoronar esas sombras limitan nuestro éxito y detienen nuestro desarrollo emocional. En este punto, es necesario reconocer los errores cometidos, es decir, todas las acciones poco nobles dirigidas hacia nosotros mismos y hacia los demás, y perdonarnos.

El aceite de Ámbar Rojo amplia el espacio emocional y mental que nos permite curar las heridas de nuestro pasado ancestral mientras avanzamos en dirección a la unidad, la paz y la estabilidad y afirmamos que la vida es saludable y que siempre nos dará su apoyo. 

La sanación llega cuando elegimos un camino consciente.

Según la teoría arquetípica de Jung, convertirse en la “Gran Madre compasiva” es el arquetipo funcional del chakra raíz. 
La imagen arquetípica de la Madre representa nuestra capacidad de nutrirnos y cuidar de la vida que hay dentro de nosotros con dedicación, sensibilidad y vigilancia.
El aceite de Ámbar Rojo nos facilita una comprensión de nosotros mismos como individuos, instaurando en nuestra vida una convicción y comportamiento de autocuidado y de satisfacción de nuestras necesidades físicas, integrando el arquetipo de la Madre y siendo capaces de cuidar de nosotros mismos.

Frente a este comportamiento sano y funcional, podemos caer en el arquetipo disfuncional de la Víctima, que se experimenta a sí misma como estando a merced de fuerzas externas que trabajan en contra de ella, totalmente al amparo de fuerzas externas.

El aceite de Ámbar Rojo nos sintoniza con la responsabilidad de nuestras actitudes, ideas y con nuestro propio poder. 
Empezamos a elegir y a asumir responsabilidades por lo que somos y por cómo nos sentimos, avanzando en la vida hacia una manera más funcional, el arquetipo de la Madre que reconoce y acepta lo que somos y satisface nuestras necesidades.

En cuanto a la teoría de las necesidades de Maslow, la fragancia del Ámbar Rojo tiene que ver con los niveles inferiores del desarrollo, con la satisfacción de las necesidades meramente materiales y biológicas: procesos somáticos, instintos, sensaciones y percepciones e impulsos emocionales y sexuales.

 Se refieren a las necesidades verdaderamente básicas de alimentos, agua, cobijo y sexo. La primera prioridad, en cuanto a la satisfacción de las necesidades, está dada por las necesidades fisiológicas. 

Estas necesidades estaría asociadas con la supervivencia del organismo El aceite de Ámbar Rojo promueve en la persona un estado de equilibrio y de motivación y acción para la satisfacción de estas necesidades, a veces previo un necesario reconocimiento de las mismas. 


La aplicación  de los siete Aceites Sagrados Egipcios se realiza en consulta mediante un proceso, para reequilibrar física y emocionalmente los chakras.

Para mas información solicitar una consulta en: www.terapiatranspersonalzaragoza.com en la sección contacto.
Correo: maykamenacholopez@gmail.com
Whatsapp: 644 267 361